A mi modo de ver hay dos conclusiones que sobresalen del resto en el tan manido Caso Gürtel, a saber, por un lado volvemos a tener una muestra más (y no se cuantas son necesarias) de que los políticos se benefician de sus puestos en las instituciones públicas para recibir agasajos, prebendas y comisiones ya sea para llenar bolsillos propios o engranaje de partidos. Muestras hemos tenido decenas, como las décadas de corrupción marbellí o la famosa comisión necesaria para que la Generalitat Catalana aprobase obras en tiempos de Pujol. Y como segunda gran conclusión, la gran trasparencia de la justicia española que permite a nuestros eficaces (y partidistas) medios de comunicación tener constancia de declaraciones, grabaciones y sumarios con suma facilidad.
Ninguna de estas conclusiones son nuevas, ni aportan luz sobre un caso que ya nos ha mostrado a políticos aceptando regalos indecentes, ladrones viviendo al margen de una ley que durante años ni se entera ni se quiere enterar, justicia que actúa como vocera de unos partidos políticos y prensa que cada vez con más ahínco intenta emular al Marca y al Sport.
Pero yo no quiero hablar de toda esta mierda, a mi me gusta el lado sociológico del robo, pero eso… mañana.
Ninguna de estas conclusiones son nuevas, ni aportan luz sobre un caso que ya nos ha mostrado a políticos aceptando regalos indecentes, ladrones viviendo al margen de una ley que durante años ni se entera ni se quiere enterar, justicia que actúa como vocera de unos partidos políticos y prensa que cada vez con más ahínco intenta emular al Marca y al Sport.
Pero yo no quiero hablar de toda esta mierda, a mi me gusta el lado sociológico del robo, pero eso… mañana.
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